EL DICTADOR

EL DICTADOR DESQUICIADO Y SU 2DO EJÉRCITO TRAIDOR

  • Desde enero de 1880 un mes después de haber dado golpe de estado, Nicolás de Piérola decidió promover la formación del llamado “2do Ejército del Sur” con contingentes principalmente de Arequipa y Cusco. El aparente objetivo de ese Ejército acantonado en Arequipa y conformado por aproximadamente 3000 hombres, era el de apoyar al 1er Ejército del Sur el cual después de su victoria sobre el ejército chileno en la batalla de Tarapacá, llevada a cabo el 27 de noviembre de 1879, se encontraba acantonado en Tacna y Arica esperando enfrentarse nuevamente con el grueso del ejército expansionista chileno, pero esta vez con el apoyo del ejército aliado boliviano. 
  • Fue así como a mediados de marzo de 1880, con el objetivo de reforzar el 2do ejército del Sur, Piérola le encargó al general Manuel Beingolea la misión de conducir pertrechos hacia Arequipa en el carguero “El Talismán”, pero lamentablemente el general Beingolea no pudo desembarcar dichos pertrechos en Quilca como tenía planeado, por temor a que en ese puerto hubiese tropas chilenas y contra todo pronóstico enrumbó hacia el norte y desembarcó en Pisco. Posteriormente, ya cuando Beingolea transportaba los pertrechos por tierra fue notificado de que Piérola había nombrado al coronel Segundo Leiva para proseguir con el transporte de dichos pertrechos. Al general Beingolea no le quedó otra cosa que regresar desacreditado a Lima.
  • Resulta evidente la incapacidad del general Beingolea para cumplir la misión encomendada. Pero igual incapacidad demostró su remplazo  el coronel Leiva, quien en lugar de seguir por la ruta trazada por su predecesor que era la más directa, optó por un camino mucho más largo y complicado, por Lucanas.
  • Piérola volvió a enviar pertrechos para Arequipa a fines de marzo de 1880, esta vez en el carguero  “Oroya” a cargo del coronel Isaac Recavarren, ex combatiente del 2 de Mayo y héroe de Pisagua y de Tarapacá.



Cnel. Isaac Recavarren

  • El desembarco del “Oroya” se produjo cerca de Camaná el 4 abril y el 11 el brioso coronel Recavarren llegó a Arequipa, y presuroso propuso avanzar hacia Moquegua para hostilizar la retaguardia de los chilenos. El coronel Recavarren, gracias a su ímpetu y decisión consiguió en una semana reunir al ejército de 3000 hombres, entre los cuales se encontraban las tropas dispersas que habían sido derrotadas en la batalla de Los Ángeles en Moquegua. Tal fue la convicción de Recavarren que éste con la ayuda del prefecto de Puno y algunos comerciantes más, tuvieron que conseguir vestido para muchos combatientes incluso a costa de hipotecar sus bienes personales, pero lamentablemente el ímpetu y decisión de Recavarren, ya sea por celos o por órdenes superiores, no fue del agrado del prefecto pierolista de Arequipa Carlos González Orbegoso y del jefe hasta ese entonces del 2do ejército del Sur el Coronel Mariano Martín López quienes junto con el coronel Marcelino Gutiérrez y un coronel de apellido Sequera, hicieron lo imposible para entorpecer la labor de Recavarren, llegando inclusive a apresar y encarcelar a este patriota cuyo único “delito” había sido empeñarse en salir lo más rápido posible en ayuda de sus compañeros de armas junto con los cuales había derrotado al invasor en Tarapacá.  
  • Como consecuencia de ello el prefecto González Orbegoso asumió provisionalmente el mando del 2do ejército del sur el 20 de abril. Y una semana más tarde, hizo su arribo a Arequipa el anciano y prudente coronel Segundo Leiva, nombrado por Piérola como jefe del 2do ejército del Sur.
  • Resulta increíble que en esos momentos con el poderoso enemigo ya en Moquegua, envés de unirse en la misma causa y apoyar al coronel Recavarren, los comandantes del 2do ejército del Sur protagonizaron indignantes disputas. Después se descubriría que estas disputas tuvieron el fin de demorar al máximo la partida del 2do ejército hacia Tacna, la misma que según los planes de Recavarren estaba prevista para el 27 de abril, pero gracias a las intrigas de los antipatriotas mencionados se dio recién el 19 de mayo.
  • Así, mientras que el contralmirante Montero jefe del 1er ejército del Sur, esperaba en vano en Tacna la llegada del 2do ejército, Piérola desde Lima más bien esperaba que fuese su 2do ejército quien se alzase con la gloria de la victoria. En la mente insana del dictador, el 1er ejército de Montero -su rival político-, no podía salir victorioso de ninguna manera.
  • Acerca de los planes de Piérola para con ese 2do ejército del sur, el historiador Jorge Basadre, menciona una carta de Piérola para Leiva en la le habla de la según él envidiable situación del 2do Ejército del Sur, diciéndole “pues sus hombres están llamados a darnos un día de verdadera gloria y a salvar la situación actual cambiándola por entero a nuestro favor". "Si contra toda previsión es vencido el primer ejército, usted puede caer sobre el enemigo acaso vencedor por diezmado y en el desorden consiguiente al triunfo, derrotarlo". (Carta de 15 de mayo. Archivo Piérola).
  • Qué se puede pensar de un dictador que basó sus esperanzas de victoria y de gloria en un remedo de ejército que para colmo se encontraba desunido y como si no bastase con eso, era comandado por un decrépito coronel, que sólo había mostrado ineptitud y que resultó nombrado por Piérola como Jefe del 2do ejército sólo porque Leiva le rindió pleitesía al dictador cuando éste dio el golpe en Diciembre de 1879. Qué se puede pensar de un dictador que dice que ese 2do ejército estaba llamado a “darnos un día de verdadera gloria y a salvar la situación adversa que en ese entonces vivía la patria”. Cuando la situación de ese ejército dejaba mucho que desear. Vea lo que menciona sobre este 2do ejército del Sur, Jorge Basadre, en su obra Historia de la República del Perú, en el capítulo “LA BAJA CALIDAD DE SUS TROPAS SEGÚN LEIVA”.
  • “Acerca de la calidad de estas tropas no ocultó Leiva en sus comunicaciones oficiales y particulares un completo desaliento. A mediados de mayo sólo un batallón tenía uniformes y muchos soldados vestían con la jerga (tela) con que salieron de su terruño; no había ninguna clase de cartucheras y correaje; en vez de zapatos calzaban ojotas; y el armamento consistía en una mezcla de rifles Peabody, Remington, Chassepot y Minié. Ni un solo ejercicio de fuego hasta entonces se había intentado y gran parte de la tropa ignoraba hasta el manejo del rifle. Faltas más graves minaban la disciplina”.
  • Jorge Basadre también menciona que Leiva finalmente volvió a Arequipa el 13 de junio de 1880, lugar del que había salido un mes antes, supuestamente para apoyar al 1er ejército que combatía al invasor en el sur, con el triste y vergonzoso saldo de 600 desertores, armamento perdido y lo que es más condenable, ningún enfrentamiento ni siquiera una simple escaramuza con el ejército enemigo.
Powered By Blogger